Es el verano, una inmensa bendición
todo se torna, dulce, amable y grato.
Para el pobre, el ayer era ruin e ingrato
ahora ya recibe del Cielo solución.
Su chabola, tan fría, húmeda y miserable
de luz y calor, el buen sol, llenó cada rincón
Él mostró con ello Su gran corazón
Procurándole, para é, un estar, clnsiderable.
De su precario huerto recogió algunos tomates,
varias lechugas, patatas y muchos guisantes,
del horno Su pa0n, dos huevos de su gallina
Y del botijo… fresca agua de manantial.
¡Genial!
Mi despensa ahora ya no está vacía ni sucia
¡Bendito seas por ello Creador...
por tan divina gracia
y favor
te has llevado mi hambre
y me has colmado de fervor