Poemas
La rosa entre las espinas...

sábado, 2 de junio de 2012



Philip Burne-Jonnes


















Dios pintó zaina y silente la noche,
para invitar a la meditación y el reposo,
y en su complacencia de poderoso Hacedor
hizo el día, alegre, brillante…¡Luminoso!

Creó las luminarias, sol,  luna y  estrellas
y las situó elevadas, imposibles de alcanzar
pero no invisibles…
cual promesas de luz y discernimiento
sobre el  mar, las naciones, los valles y bosques,
sobre los santuarios  y la tierra;
creo los vientos y brisas,   para que con sus giros y soplos
resucitasen y expandiesen por todo lugar la poesía
por entre  juncos y barrizales, por  los  parques señoriales,
en las mansiones palaciegas  y las chozas
en los templos, en las minas y taberna
en las montañas y en los llanos.
  
Creó la belleza, la paz y la armonía
y también la  música, la danza y el bell canto
para nuestra felicidad,   gozo y alegría…

Pero sobre todo lo creado aún faltaba dar
ese,  tan especial y primordial, último toque
que lo amalgamase todo
Y así  lo hizo…

Perfumando el aire con el aroma
a Primavera, de las flores y los árboles
la belleza de los colores,
el sentimiento de los corazones  y su expresión
exhalando sobre todo ello , su soplo divino
sobre la Tierra  SE HIZO EL AMOR
Y así  los  humanos
se inundaron de sueños, y deseos, de promesas
de compromisos y anhelos que se realizan
y de otros que nunca se alcanzan
por más que se persigan
y, son tantos los que  se llenan de dudas y temores,
pero…
no debéis dudar  jamás del amor…
Él es el único salvoconducto válido y efectivo
para subir a Su lancha y  alcanzar a desembarcar del otro lado
¡En el  soñado Edén Paradisiaco!.


*

© Ann Louise Gordon





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