Ya llegaron esas bellísimas nieblas otoñales,
que amo, son cual de encajes y puntillas,
densas, esponjosas y blanquecinas,
y se escucha el bisbisar
de la la gran dama y señora del lugar,
con sus albos tules y esa poética música
de tan grata y melodiosa literatura,
con su dulce algarabía y gozo
vitalicio.
Ya suena la trompeta de las horas
en las hojas del violín del tiempo, ,
y el arpa de las horas, lo acompaña, cerca…
¡ muy cerca de la flauta de tus vientos!.
Mi, fa, sol...
Sol, fa,mi,re do...
Los árboles gotean, mas no lloran
al igual que yo aguardan la llegada de otro tiempo,
par volver a arrullar a los moradores del bosque,
quedamente,
para llenar…de epifanía y suave eclosión, mí oído
para susurrarte muy dulce y quedo
este mí cálido aliento y decir policromo de vida,
irisado, opalescente, reluciente y soleado de amor
de ojos y miradas, de sueños y anhelos…
que muy pronto volveremos
a compartir…