Cuando suena la música, y llega a mí...
siento que me transitan y danzan sus compases
que sus mil expresiones afloran a mi corazón de violín,
acariciando mi alma de arpa, flauta, de viento y percusión,
en cualquier lugar regido por pentagrama y batuta,
en el que todo sea:
Delicioso susurro de brisa sureña,
escalinata luminosa de mármol,
paraninfo de belleza,
lluvia pertinaz sobre polvo de estrellas…
¡Magia y Hechizo!
Ensueño , gozo, delicia y placer!
Al oírla...
Me siento cual alegre, la más feliz campana al vuelo…
talán… talán...
Lírico instrumento de viento acorde y estilizado …
tiírariro... tirariro.
Alegre y feliz, campanilla danzarina…
tilín, tilín, tilín.
Verbo universal, de cualquier pasado, presente
y futuro, con toque de corneta ….
tuturutú, tuturutú...
Mas ay!
Jerga de mi júbilo son los platillos,…
chinchín…chichín...¡Chinchín!.
El lenguaje del tambor despierta algo en mí...
Ancestral, primitivo, virulento y salvaje,
esa danza de la Madre Tierra,
que transito a su ritmo y paso, acompañada de tambor...
tan tan, rataplán … tin
Hasta que me estremece y ensueña,
el cálido sonido de la trompeta…
tarararí, tarararí, tarararí.
La Música es:
Algo espléndido y majestuoso ,que llega y acaricia.
Un sentimiento épico, de difícil expresión,
un viaje a la gloria entre su eufonía rítmica, sincopada,
y melodiosa.
El vuelo hacia ese sueño que siempre se realiza,
entre la ilusión de su cadencia y acorde…
Un paladeo de la afinación musicalizada…
La más , gloriosa, bendita y sana
¡ Euforia, ensoñación y el Viaje por los Ensueños.!
¡No, nunca jamás podría VIVIR sin ella!
Sin la protección de SUS ángeles,
sin sol, sin luna, niebla, sin mi paleta colorida,
sueño, vuelo. ni sin la danza, el bell canto
y musicalidad de cualquiera de mis horas.
¡JAMÁS!