Esta noche, ella, la más bella,
se tenderá sobre la cálida arena de la playa...
A la orilla de la verde mar,
Esperando que las olas la envuelvan
en su blanca espuma.
Para dar su nacarada textura, de perlas y agua pura
a sus carnes frescas y perfumadas, ...
Al romper el Alba, llegará el cortejo nupcial.
Lo harán primero infinidad de palomas blancas,
encargadas de portar sus vestiduras,
las ninfas del lugar trenzarán sus cabellos de mechas doradas
y sobre ellos colocaran el humilde pero impoluto velo de fina gasa.
El traje será de fresco lino, y calzara sandalias trenzadas con lianas,
Portando en sus manos un ramo de flores de blanco azahar,
madreselvas y jazmines. .
II
Él
Deslumbrado exclamará:
Ah, que bella eres amada mía,
tus ojos son dos claros zafiros
tus cabellos, cual hilos trenzados de oro,
tu piel es nácar sonrosado
tu aroma el más exquisito,
no alcanza a poseerlo ni el dulce narciso,
y en tanta gracia, se embelesa mi sentido!
Y ella, dichosa, proclamará ante la multitud
con palabra gozosa:
¡ Nadie es como el amado de mi corazón,
a él me entregaré con gratitud.
Pues sobresale entre toda la Legión.
Dulces panales de miel sus labios son,
para mi gozo,
cual excitantes lirios que me colman de alborozo.
Ni entre cien mil varones
otro como él, con sus dones
y virtudes, yo encontraré.
Por siempre a Él, mi vida, consagraré.
III
Y así,
cuando las campanas mañana
se lancen al vuelo
y repiquen contra el viento
sus notas cantarinas,
asómense a las ventanas,
y en medio de tanto revuelo,
verán pasar
el Cortejo Nupcial
caminando hacia el altar,
donde habrán de consagrar,
sus amores,
dentro del más humilde fasto
y dulce esplendor
dos,
que como dice el “Cantar
de Cantares”,
se han sabido
agradar y
amar.
