Cuando se siente gozo, iluminan las pupilas,
El río cantarín, la lágrima celeste, las mejillas del cielo.
Entre bosques, campiñas, colinas,
flores, aves, nacen alas a la ilusión,
reverente saludas a amigos y conocidos.
¡Buenos días, florecilla amarilla!
¿Qué tal lluvia de lágrimas doradas?
Evita páramos áridos, para de dolor y tristeza
no llorar…
dancemos de felicidad, cuando la música descuelle
por su versatilidad…
Bajo el sol, cual mariposa, tocada de anchas alas
luce un gracioso sombrerito de rafia florecida,
sin precisar de lujos, sofisticaciones, o galas
buscando significado hasta en la disposición
de las nubes, las piedras de la senda,
las intersecciones, y la dirección del viento…
Cuando le visita el sol, toma entre sus manos
las de él…
que se estremece y refulge,
rogando a las flores cerrasen sus pétalos
En ocasiones las tristezas transcendían por todo el Bosque
y las aves ya no discurren sobre la colina,
entonces me sangra de verdor, el corazón
otras…fui tan inmensamente feliz, que gozosa ejecutaba
su delicado paso elástico de alas y volantes infinitos…
elevando a cada sostenido de los coros la mirada
rindiendo tributo a la vida,
a la luz,
al amor
y los afectos…
A cada mañana, al amanecer, a los sueños
pregonando iba por doquier, de tal guisa,
que hasta los sordos oían…
¡Hoy será un nuevo soleado, y cálido día!
y riendo gozosa abandonaba el lecho
para danzar y saludar a la luz,
cual la más feliz avecilla matutina
de las tripulantes del Paraíso.
Pintaba su boca de rojos corales
ante el espejo que las luciérnagas sostenían,
mientras cepillaba el oro de su larga y perfumada
cabellera de jazmines, magnolias y violetas
De gozo como las aguas del mar revoloteaba
entre playas y palmeras cimbreantes al soplo
azul del viento distribuidor de besos
abarrotada del dulce fruto de su mágica sonrisa,
acariciando sin tocar
Oteaba el garito impresionante del mar en su elemento,
a veces, de una aurora anaranjada
y con un decidido… ¡aquí me postraré!
Adora y adoraré cuando reluzca cual las estrellas
tan altivas refulgentes y magnífica
en la seguridad de que con sus destellos me haré un collar
que ilumine las tinieblas del mundo,
pero antes habrá de mecerme entre sus brazos,
- sosegar a las aguas para entre brazos adormecer al mar
rogando que con tus rayos protectores sobre mi vengas…
y la conviertas en aura sonrosada de pistilos aureolados
acompañada de sonrisas expresivas
que hagan girar de placer a todas las rosas de los vientos
del Universo…
Con vuelos de aves paradisiacas
bendecirá tu nombre..
porque le resultas grato y sabe que existes
en algún lugar…
y la mente se le abarrota de deliciosos ensueños
al pensar en ti…
¡Buenos noches, mi amor, sean felices tus sueños!
sobre el lecho refulgente de las esmeraldas.