También yo puedo. remover y retomar lo infinito, si así me apetece,
dotando de elixires milagrosos a cualquiera de sus residuos.
retomar el itinerario de aquella, antaño hurí, de sueños y danzas doradas,
sintiéndome cual Aladino,
"Lámpara"
receptora de peticiones, ilusiones, sueños y deseos.
¡Hacedora de ensueños y resplandores,
Mientras disperso sobre mis anhelos un nuevo amanecer
de seres libres y felices.
¿Y qué?
Ir del porvenir primate de un matinal Central Park,
a la Australia, del soplo infinito.
De la Sevilla jurásica a Tokyo de las marionetas articuladas,,
de Viena y sus inolvidables valses y puentes luminosos a Los Angeles,
vastedades sin mazmorras,
desde las diez mil y una ilusiones,y sus soplos de adiós.
Llucida, si así lo considero, de azuladas galas pupilas
de sonrisas articuladas,
tomada del brazo del brazo
a "Gladis" mi avestruz de plumas onduladas
y aleteos danzarines,
en matinal paseo,
luciendo,
una novedosa, liana rosa
de collar,
mientras vamos hollando
el azulejo temporal de su firme,
¿Y qué?
Ir por doquier oteando actividades,
proyectos ayeres, futuros,
levantando cual aspas al viento,
risas, bocetos, peticiones, anuncios,olvidos,
recorriendo esas difíciles travesías, de no morirse en lunes,
de niños huérfanos, hamburguesas, malabarismos, conciertos,
contemplando...
desde el beso del violinista a la danzarina,
al mimo-cometa de la la niña lluviosa,
con sus fugas y ritmo break,
otro soleado verano de esa belleza, cualquier país,
cualquier raza o credo asida a un anhelo,
que jamás duerme…
También yo puedo
y me deslizo- si me place- como la gota de lluvia,
sobre el cristal impoluto, de alabastrados brillos,
o el plástico transparente, de la sandalia de las humanidades,
y pese a ello,
no sorprenderme, que ya sea … Diciembre
cuando podía ser Abril,
y qué?
si llevo calcetines de cachemir violeta,
y en la maleta la inquietud de los contornos…
es por ello el por qué. de portar una tiara de gardenias
sobre mis albinas guedejas…
Sabido es que ...¡También yo puedo!.
¿Y qué?
Si a punto de caramelo en primavera, ya florezco
con el anonadamiento de las maravillas,
de ese ritmo melódico, dulce, grato, cálido
de lo, por mi amado,
incluido el amado que, para cuando yo ame.
¡Amaré!