Son tantos los sueños,
los anhelos, proyectos y deseos…
que no preciso estímulos ni sucedáneos
para irme aproximando " poco a poco"
al tiempo de su realización.
No pido el cielo, la luna, ni las estrellas,
los míos son deseos simples y sencillos:
De las estaciones, sabido es:
Que, al menos, en mi alma e ilusión sea eternamente…
¡Primavera!
De la climatología inspiradora,
no pintar jamás, colorear,ni hacer trazo alguno,
en ausencia de esa luz mágica del Sol.
De la lluvia
anhelo esa que cae afable, dulce, suave,
que es como un bálsamo
para el alma, las flores,
el bosque y
los ensueños.
De la poderosa niebla matutina,
el favor de arrebujarme entre sus opalinos chales
para hacerme invisible a la mirada ajena,
cuando me transita el pavor.
Del viento inquieto, ese su afable soplo,
amistoso, manso y pacífico,
que permite a toda nao bogar
sin someterse al pairo,
ni a la incertidumbre de esa soledad tenebrosa,
sin rendijas, sin gozos, ni risas,
sin flores, ni alboradas,
sin melodías
y pasos.
.
Y de ti,
¿Si acaso existieses?
el placer de ver tus ojos un día,
poder escuchar tu voz,
estrechar tu mano,
apoyarme en tu brazo,
y todo ello, hacerlo con placer y felicidad;
por cualquiera que sea la estación, ruta, o destino,
en que ambos coincidamos,
para que, sin mediar promesas, ni compromisos,
anhelemos día a día, un poco más y más...
de ese tiempo de ir muy despacio,"poco a poco"
en paz, pero...
alborozados, juntos y unidos.