Que el sol se acueste
en su letargo
de cada estación…
Que merme lo luminoso
de su poderoso haz deslumbrante. .
Él que todo lo caldea, embellece,
y posibilita:
Esa grata caricia de la brisa sureña,
el silbo afable de los vientos,
da pie
a qué incluso osemos instarle
a salir de él ( su letargo)
Poner la Factoría de la Vida
en marcha...
iluminando los caminos
traspasando puertas y ventanales
abarrotando, tendales de ropa a secar.
Así… ¿cómo no?
las hormigas laboriosas,
podrán abandonar la colmena
ponerse en veloz marcha,
atropellándose en ella,
unas a otras
sin tiempo para siquiera
sonreír, y mirarse a los ojos,
pensando solo en su laboro y en...
¡Fichar!
¡Ah! qué descorteses,
ninguna de ellas
le ha deseado un buen día,
o dedica una afable sonrisa,
A él…
Nada menos que…
La Luminaria Mayor del Universo,
Esa épica esfera dorada
que posibilita nuestra vida en la Tierra,
sin ella, venir obligada a fichar,
por convenio laboral
o contrapartida de prebenda alguna…
¡ Así somos!
Esos fachendosos especímenes,
que pululan por doquier,
denominados
¿ seres humanos?
¡Qué osadía!
Mas yo, para desagraviarle
le saludo afablemente y ofrezco,
según la estación,
la más bella rosa perfumada
o más mágica peonía,
a esa esfera maravillosa,
que yo venero y adoro
porque ella es la fuente
de la que mana mi alegría
y bienestar.
.
*