Nunca jamás debidamente ensalzada,
radiación electromagnética perceptible
al ojo humano,
¡Esplendorosa y deslumbrante maravilla
de maravillas.
¡LUZ!
Irradiación divina, diáfana y celestial
fascinante y angelical,
luz brillante,
fúlgido resplandor universal
de fotones cegadores,
y velocidad finita.
¡LUZ!
Magia que a nos llega,
envuelta en su aureola
y la Tierra ilumina.
LUZ que a raudales,
traspasa mis ventanales,
llenando mi alma
de la más dulce ambrosía.
Tú pones alas a mi corazón,
pies, brazos y manos
exultantes de alegría
y expresión.
Déjame transitarte,
recrearme, sin jamás abandonar
tu armonioso haz,
para deleite de mi alma y sentimientos,
de luminosidad ávidos,
y,
guíame hacia el reino de la vid frondosa,
por esa senda de mieses doradas,
donde reposar degustando
tan exquisito néctar.
¡ Oh,
L
U
Z !
Adorada mía.
¡Benefactora, Sanadora,
y Gloriosa radiación!
Te ruego ilumines todas las sendas
que ilusionada transite.
Ésta mi Súplica,
la que te hace quien,
esperando tu llegada a ÉL ora,
quien te ama y añora,
con ansia
y recibe con gozo infinito.
Esa que postrada a SUS plantas
exclama, con gratitud :
¡Gracias Padre Celestial,y Divino Señor,
por el maravilloso regalo de...
¡CADA NUEVO AMANECER!