Poemas
Victor Hugo

viernes, 23 de enero de 2004







                Dos poemas de Victor Hugo



                 ))))^^Victor Hugo (Francia, 1802-1885) ^^((((




El hombre y la mujer
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" El hombre es la más elevada de las criaturas;
la mujer es el más sublime de los ideales.
Dios hizo para el hombre un trono,
para la mujer un altar.
El trono exalta;
el altar santifica.
El hombre es el cerebro,
la mujer el corazón,
el cerebro fabrica la luz;
el corazón produce el amor.
La luz fecunda, el amor resucita.
El hombre es fuerte por la razón;
la mujer invencible por las lágrimas.
La razón convence;
las lágrimas conmueven.
El hombre es capaz de todos los heroísmos;
la mujer de todos los martirios.
El heroísmo ennoblece;
el martirio sublimiza.
El hombre tiene la supremacía;
la mujer la preferencia.
La supremacía significa la fuerza;
la preferencia representa el derecho.
El hombre es un genio;
la mujer es un ángel.
El genio es inmensurable;
el ángel indefinible.
La aspiración del hombre es la suprema gloria,
la aspiración de la mujer es la virtud extrema.
La gloria hace todo lo grande;
la virtud hace todo lo divino.
El hombre es un código;
la mujer un evangelio.
El código corrige,
el evangelio perfecciona.
El hombre piensa;
la mujer sueña.
Pensar es tener en el cráneo una larva;
soñar es tener en la frente una aureola.
El hombre es un océano; la mujer es un lago.
El océano tiene la perla que adorna;
el lago la poesía que deslumbra.
El hombre es el águila que vuela;
la mujer es el ruiseñor que canta.
Volar es dominar el espacio,
cantar es conquistar el alma.
El hombre es un templo;
la mujer es el sagrario.
Ante el templo nos descubrimos;
ante el sagrario nos arrodillamos.
En fin:
El hombre está colocado donde termina la tierra;
la mujer donde comienza el cielo. "
                      
                            ºº---------ºº


Te deseo
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" Te deseo primero que ames y que amando,
también seas amado
Y que, de no ser así,
seas breve en olvidar y que después de olvidar,
no guardes rencores.
Deseo, pues, que no sea así,
pero que si es, sepas ser sin desesperar.

Te deseo también que tengas amigos,
y que, incluso malos e inconsecuentes,
sean valientes y fieles,
y que por lo menos haya uno
en quien puedas confiar sin dudar.

Y porque la vida es así,
te deseo también que tengas enemigos.
Ni muchos ni pocos,
en la medida exacta,
para que, algunas veces,
te cuestiones tus propias certezas.

Y que entre ellos,
haya por lo menos uno que sea justo,
para que no te sientas demasiado seguro.

Te deseo además que seas útil,
más no insustituible.
Y que en los momentos malos,
cuando no quede más nada,
esa utilidad sea suficiente para mantenerte en pie.

Igualmente, te deseo que seas tolerante;
no con los que se equivocan poco,
porque eso es fácil,
sino con los que se equivocan mucho
e irremediablemente,
y que haciendo buen uso de esa tolerancia,
sirvas de ejemplo a otros.
Te deseo que siendo joven no madures demasiado de prisa,
y que ya maduro, no insistas en rejuvenecer,
y que siendo viejo no te dediques al desespero.
Porque cada edad tiene su placer y su dolor
y es necesario dejar que fluyan entre nosotros.

Te deseo de paso que seas triste.
No todo el año, sino apenas un día.
Pero que en ese día descubras
que la risa diaria es buena,
que la risa habitual es sosa
y la risa constante es malsana.

Te deseo que descubras,
con urgencia máxima,
por encima y a pesar de todo,
que existen, y que te rodean,
seres oprimidos,
tratados con injusticia y personas infelices.

Te deseo que acaricies un gato,
alimentes a un pájaro
y oigas a un jilguero
erguir triunfante su canto matinal,
porque de esta manera,
te sentirás bien por nada.

Deseo también que plantes una semilla,
por más minúscula que sea,
y la acompañes en su crecimiento,
para que descubras de cuántas vidas
está hecha un árbol.

Te deseo, además,
que tengas dinero,
porque es necesario ser práctico.
Y que por lo menos una vez por año
pongas algo de ese dinero
enfrente a ti y digas: "Esto es mío",
sólo para que quede claro
quién es el dueño de quién.

Te deseo también
que ninguno de tus afectos muera,
pero que si muere alguno,
puedas llorar sin lamentarte
y sufrir sin sentirte culpable.

Te deseo por fin que,
siendo hombre,
tengas una buena mujer,
y que siendo mujer,
tengas un buen hombre,
mañana y al día siguiente,
y que cuando estén exhaustos y sonrientes,
aún sobre amor para recomenzar.

Si todas estas cosas llegaran a pasar,
no tengo más nada que desearte. "
                  
            ºº--------------------ºº


                 A.L.G.S.
Rondo Veneziano
Nocturno en góndola








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