¡ Ah amada civilización,
conjunto de ideas, ciencias
artes y costumbres, que
constituyen el adelanto
de los pueblos ...!
¿Es falso o verdadero?
Que ignorantes y atrevidos,
cultos y eruditos,
juntos,
y hermanados vamos,
tomados, o no, de las manos,
por los vastos caminos de la Tierra,
a veces,
con una ignorancia y desenfado que aterra...
Caminamos en estrecha unión,
o, sempiterna animadversión
nuestro lema es la intromisión,
en la ajena
exposición y composición,
en cualquier lugar u ocasión,
todo lo ignoramos
o sabemos,
todo decimos, unos sí
y otros no,
nada en verdad conocemos,
juramos
y perjuramos,
sin fundamento,
conocimiento,
o sapiencia
y asesoramiento,
no importa si mentimos,
ni por qué lo hacemos,
y si así, de verdad, lo sentimos,
nuestra osadía
crece de día
en día...
no tiene controles
ni límites...
en la dulce ruta de la vanidad.
Persistimos en tal necedad,
nos agrupamos
cribamos
tamizamos
y condicionamos,
unos a otros;
cualquier modo
es válido,
si a su modo,
halla incomodo,
al fidedigno acomodo,
todo lo condicionamos,
dictamos
y sentenciamos
lo nuestro es
revolver, desordenar,
confundir.
Imaginario modernismo
o, eterno clasicismo,
en el que abunda un eterno esnobismo,
que con un incontrolable alarde de exotismo,
y ultraismo,
lleva, lo que, dan en decir cubismo,
al dulce bajel que, según unos sí, y otros no, bogará,
hacía la ruta universal del futurismo,
que a unos dará gozo,
y a otros enojo,
clasificando,
con extremado
descaro,
las rutas de un promiscuo
impresionismo
o expresionismo
que a unos
envuelve
en un muy negro fatalismo
y a otros en dulce y sublime romanticismo