Una buhardilla oscura, al amanecer
un claro de luna, en su pleno rutilar.
Una bella mujer posando sumisa,
y desnuda,
con ojos de color violeta
rodeados de profundas ojeras,
largas melenas
cubriendo parcialmente sus bien torneadas
formas...
Volutas de humo flotando
por la alcoba
se palpa la humedad y frío,
una vieja estufa
a todas luces, insuficiente.
En la pared - detrás del pintor -
luce maravilloso, un lienzo al óleo,
con la firma de M. Cobaleda
dando esplendor y brillo al mísero lugar,
tonalidades amarillas y ocres
¡ Que bellos!
los coloridos girasoles
¡Ay aquellas hermosas flores,
con sus mil y un aromas en la noche!
el Fru fru de las sedas...
aquel chirrido de muelles,
viejos
y oxidados....
Y, fuera,
en la Calle...
Es Abril
y hace frío;
se oye ruido de carruajes
marchando sobre adoquines,
gotas de Lluvia
y nieblas sobre Montmatre,
sonido de campanas,
dando las horas,
en los relojes de las iglesias
cercanas,
que apagan sus trasnochadas
promesas,
Aquellas...
condenadas a ser
rotas,
y morirán
antes de nacer,
puesto que jamás,
alcanzarán a ver
la luz del
nuevo día ...
¡ Nada...
tan sólo, vacío,
y soledad!