Bajo
los flacidos crisantemos del recuerdo
he visto,
plateados e inmensos lagos
promontorios de fuego, avernos infinitos
ardientes, fantásticas maravillas de
aureolas plenas de luz y belleza.
Perladas golondrinas.
Mil colinas, montes desfallecidos
duendes , gnomos dormidos
variopintas tormentas rezagadas
lejanas y ya olvidadas.
Y sentí mil ansias ¡ Ansias mil!
goces, placeres ...
deleites celestes, rosados
anhelos bermejos.
Descubrí cielos
cuajados de estrellas,
firmamentos en destrucción …
volcanes en erupción
y la fastuosa mansión
de mis ensueños..
¡ Fue inolvidable,
fastuoso y loable!
Algo de belleza
inconmesurable...
grandioso
e inenarrable.
¡ Qué imborrable emoción,
locura infinita,
sin anticipo, aval ni finiquito…!
Vistosos ,
calendarios descoloridos,
fueron ante nos deshojados.
Mil cien ojos hermosos, sin rencor
desvelados
para un amor
sin límite.
Ecos, susurros apagados,
ocultos y remisos
de besos
y chasquidos.
dulces.
Pálidos cantares lejanos;
nueve pájaros de antaño
en mágico vuelo, sin retorno
hacía el albor ... las
luces...
Y sobre todo, he visto ...
¡ A mis valientes
leales,
a mis cien mil amadas
adoradas
ideales
bellas,
mágicas estrellas
las fugaces
dejando tras ellas
sus muy brillantes
refulgentes
luminosas
estelas…!